Bob Marley y Sinéad O'Connor: Líbrennos del mal
Hace unos días pude ver el documental Deliver us from Evil, de Amy Berg, que relata los casos de abuso sexual contra menores encubiertos por las autoridades de la Iglesia Católica y que comprometen a las cabezas mismas del Vaticano.
El documental, estupendamente sustentado, me hizo recordar el famoso incidente de Sinead O’Connor en 1992 en el programa Saturday Night Live. En aquella ocasión, después de una interpretación a capella de “War”, una conocida y combativa canción de Bob Marley, O’Connor rompió una fotografía de Juan Pablo II mientras gritaba “fight the real enemy” [luchen contra el verdadero enemigo]” Pueden ver la performance completa en este video.
La cantante irlandesa había cambiado la letra de la canción para introducir el tema del abuso sexual infantil que ya estaba haciéndose conocido en el mundo. En este video pueden encontrar todas las partes del incidente detalladamente relatadas.
Lo que me interesa destacar es que en la anécdota confluyen varios elementos, cada uno poseedor con su propia complejidad y sus propias raíces culturales; por eso mismo, de sumo interés para la crítica.
Como es obvio, encontramos en un primer plano la errada política del Vaticano en cuanto a los problemas del abuso infantil. Cuando O’Connor los denunció, las furias cayeron contra ella. Alguien llamó a los jóvenes a dejar de comprar sus discos hasta que ella se rectifique del daño a la imagen del entonces papa. Y en el concierto de tributo a Bob Dylan una masa enfurecida le impidió cantar el tema que había preparado. Con mucha energía, ella cantó en su lugar nuevamente su versión de “War” de Bob Marley. Se puede ver la escena completa en este video.
Pues bien: quince años después, siendo ya incuestionables las manipulaciones de la jerarquía eclesiástica por tapar los casos de violaciones a menores, es mucho más evidente definir quién tenía la razón y reconocer que Sinéad O’Connor no era otra diva en procura del escándalo gratuito, sino una persona que, habiendo sido ella misma víctima de abuso infantil, utilizaba su fama para llamar la atención sobre un problema que, en aquel momento, era tomado con menos interés que hoy.
Pero hay otra cara más interesante del asunto. Me refiero a la letra de la canción “War” que Marley extrajo del discurso de Haile Selassie, la figura adorada como divinidad por los rastafaris. El texto completo del discurso lo pueden ver aquí.
La operación que está en juego es una que los lingüistas Richard Baumann y Charles Briggs llaman “recontextualización”. Selassie presentó un discurso libertario en una asamblea mundial y parte del texto fue recuperado bajo la forma de una canción rasta por Marley.
A su vez, O’Connor toma la canción de Marley y crea su propia versión para presentarla en otra situación. En cada operación, el texto se reconfigura y adquiere nuevas posibilidades de sentido. Baumann y Briggs dirían que el significado del texto no está en él sino en cada una de las actualizaciones que crean sus propias condiciones de interpretación y sentido.
En este caso de recontextualizaciones de performances (la derivación de una performance previa a otra) hay varias capas involucradas. Si uno lee con cuidado el texto “original” de Selassie, puede descubrir una visible influencia: los ideales libertarios modernos de raíz ilustrada. Selassie quiere ser la voz del África y para eso recurre a principios de moral universal que maduraron en las revoluciones noratlánticas (me niego a decir “occidentales”). No hay manera de que no pueda comulgar con los ideales que enuncia: libertad, igualdad, ciudadanía universal, eliminación de toda forma de esclavitud y de miseria. El problema es que Haile Selassie I fue él mismo un tirano, un mal gobernante que causó una fatal hambruna en su propio país y, como ya lo ha demostrado Amartya Sen, las hambrunas son siempre consecuencia de la corrupción. Las democracias, debido a que deben rendir cuentas con los electores, nunca han producido una hambruna. Véase más sobre la vida de Selassie aquí.
La pregunta que planteo es ¿vamos a deshacernos de lo que dijeron Marley y O’Connor debido a la maldad de Selassie? ¿La causa que ambos artistas proponen deja de ser válida debido a la infamia de su antecedente textual? Mi respuesta es que no. Mi respuesta es que las recontextualizaciones validan de una manera novedosa el discurso recontextualizado porque le confiere su propio sentido. Los mensajes son recreados y, por tanto, perfectamente reivindicables para las causas que ahora nos interesa defender.
Imágenes de O'Connor y Marley tomadas de aquí y aquí.
4 comments:
Creo entender tu negativa a decir "occidentales"..., pero or si acaso, ¿podrías explicarla?. Ah! y muy interesante post.
Hola, Susana:
"Occidente" me parece una generalización geográficamente inadecuada. No hay nada más occidental que América. De modo que las culturas amerindias son, necesariamente, occidentales. El adjetivo "noratlántico" es, por ello, mucho menos impreciso.
Otro.
Lamentablemente hay que ver el original para disfrutar de el de Alanis
Muy interesante el post.Uno se pone a pensar en las curiosas recontextualizaciones que observa alrededor y recuerda los deplorables covers parroquiales que adaptaban letra y música de canciones en boga para producir tundetes sosos que eran repetidos por coros infanto-juveniles.De terror.
En tiempos donde la música parece haberse agotado y vemos a diario intentos de revivir mediante sampleos y performances electrónicas a géneros algo anquilosados como el tango y el vals criollo sería interesante ver algun esfuerzo en adaptar letras inolvidables a mensajes acordes a nuestra realidad que mantengan la esencia de la composición original.Aunque pensándolo bien, que sentido tendría adaptar Cambalache al 2007 cuando todo lo que se escribió no ha variado un ápice no?
Saludos
Jorge
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