Thursday, September 20, 2007

¿Arrestado por hacer una pregunta?

¿Alguien cree de verdad que en Estados Unidos alguien puede ser arrestado por hacer una pregunta? Yo, en seis años de vivir en este país, nunca lo he visto.

Sin embargo, en los últimos días, ha estado circulando en algunos blogs la "noticia" de que en Florida la policía arrestó a un estudiante por "hacerle una pregunta incómoda a John Kerry". La información se apoya en un video que pueden ver aquí. En efecto, en los pocos minutos que el video muestra, parece haber un caso de censura y de abuso policial.

Sin embargo, el estudiante Andrew Meyer no fue arrestado por hacer alguna "pregunta incómoda" a John Kerry, sino por interrumpir un acto público. Si se observa y se escucha con cuidado el video que ha escandalizado a muchos, se entiende que Andrew Meyer no termina nunca con sus preguntas y en algún momento dice la palabrar "blowjob", razón por la cual se le apaga el micrófono, una medida razonable ya que no se acostumbra permitir esas palabras en público.

Meyer en realidad estaba interrumpiendo un acto público, es decir, estaba afectado la libertad de expresión de los demás. Y es que la libertad de expresión no equivale a hacer o decir lo que te dé la gana. Dentro de los campus universitarios, por ejemplo, los profesores pueden tomar medidas para reprimir actos que impiden el avance de la clase. Así, los estudiantes que impiden con sus gestos o sus palabras el curso de las lecciones pueden, con todo derecho, ser sancionados. Esto es menos infrecuente de lo que se piensa. Hace unos meses estaba dictando mi clase de español en la Universidad de Colorado cuando se empezó a escuchar una fuerte voz proveniente de un parlante. Se trataba de un activista que, apoyado por un camarógrafo que grababa su interveción, proclamaba una apología de la legalización de la marihuana en el patio que estaba frente a mi clase. Nada sorprendente, pues era un acto preliminar a una celebración anual llamada "4/20", en el que miles de estudiantes de la Universidad de Colorado se reúnen para fumar yerba dentro de la universidad (y sobre esta fiesta tan singular espero escribir un post algún día; el último año se celebró frente a la misma biblioteca, en un jardín que las autoridades no pueden cerrar. Vean un video aquí y otro aquí.)

Pues bien, tuve que salir de mi clase y pedirle, por favor, al estudiante que bajara el volumen. El estudiante me preguntó "What about my free speech?". Le respondí "You have your free specch, but I have my rights too and you cannot interrupt my class". Después de este breve diálogo, el estudiante aceptó que yo tenía razón y bajó el volumen de su parlante, pude continuar con mi clase y asunto arreglado. Pero si el muchacho se hubiera rehusado, la policía habría tenido que intervenir. Entonces, con seguridad, tendríamos circulando en YouTube un video de un manifestante siendo injustamente arrestado y esposado "por expresar su apoyo al consumo de la marihuana", un video que sería mostrado por todas partes como ejemplo de que no se respeta la libertad de expresión en Estados Unidos. Pero no, pues. En verdad habría sido arrestado por interrumpir la marcha académica y este es un hecho totalmente distinto.

Los policías que arrestaron a Meyer están siendo investigados por sospecha de abuso policial. Esto es usual en este tipo de incidentes, ya que las autoridades quieren asegurarse que los miembros del cuerpo policial sean firmemente fiscalizados a fin de borrar toda sospecha de corrupción. Pero abrir una investigación contra los policías es justamente la demostración de que nadie está por encima de la ley y que, incluso en situaciones en las que es evidente que se produjo un acto legítimo, los policías son sometidos a un escrupuloso escrutinio (en el Perú, en cambio, los agentes del orden torturan, asesinan y violan, y luego la prensa de derecha sale a defenderlos).

Sinceramente creo que, sobre el incidente de Andrew Meyer en la conferencia de John Kerry, no tiene sentido rasgarse las vestiduras. Hay más información sobre los hechos esta nota del Miami Herald que clarifica lo que ocurrió.

Sin duda, el abuso policial es bastante real y frecuente en los Estados Unidos. Las malas prácticas, especialmente las teñidas de racismo y sexismo, son innegables. Pero este no es un caso de ellos.

Actualización: Cito algunos extractos de este blog que explica por qué no se debe considerar a Meyer un campeón de la libertad de expresión:

Just like my sources said yesterday, Meyer is a publicity-seeking stunt boy:


Police have released the incident report detailing the Tasering of a University of Florida student during a campus forum with Sen. John Kerry Monday, and the officer who actually Tasered Andrew Meyer wrote in the report that Meyer later told police, “You didn’t do anything wrong.” In the 12-page report, which gives accounts of the incident from the perspective of eight different officers who were present Monday afternoon, Officer Nicole Mallo writes that Meyer would only resist officers when cameras were present. “As (Meyer) was escorted down stairs (at the University Auditorium) with no cameras in sight, he remained quiet, but once the cameras made their way down stairs he started screaming and yelling again,” Mallo wrote.


Es decir, cuando las cámaras no estaban presentes, la conducta de Meyer fue totalmente distinta, obediente. Más adelante, el blogger opina sobre la base de los antecedentes de Meyer, un personaje dedicado a la provocación (taunting). Resalto algunas líneas:

It’s evident from some of his writings, that he is nothing but a spoiled little kid in constant need of attention. In one of the “personal stories” he brags about taunting Ken Griffey, Jr. at a baseball game. Now, I enjoy a good heckle as much as the next guy, but it’s just supposed to be fun entertainment at a game. In his story, he is so proud of himself that he was important enough for Griffey to take notice, not to mention all the people around him at the game. He felt the need to brag about the incident to everyone online, as if we are all supposed to be impressed.

If you watch the video of his arrest, you can see that the same mentality is on display here. He wanted to get arrested from the beginning. He was basically goading the police into doing something by shouting “what are you going to do, arrest me?” Well, Andrew, yes… When you repeatedly ignore orders to peacefully leave, that’s what happens.


Sunday, September 16, 2007

El arte de hablar huevadas

No se pierdan el artículo de Pablo Quintanilla que apareció hoy en El Comercio, en el que comenta un breve libro de Harry Frankfurt titulado On Bullshit, que en castellano peruano se podría traducir como En torno a las huevadas.

El mundo académico aquí y allá está lleno de huevadas, lo que es distinto de las mentiras. Como lo explica Quintanilla, el mentiroso conoce la verdad y quiere ocultarla. El charlatán, el que habla huevadas, no tiene ningún compromiso con la verdad. Cito este pasaje del artículo de Quintanilla en el que resume el aspecto central de la tesis de Frankfurt:

Según Frankfurt, hablar bullshit no es lo mismo que mentir. El mentiroso cree en la verdad, lo que ocurre es que se esmera en ocultarla. El charlatán, por el contrario, no tiene ningún tipo de consideración ni curiosidad por la verdad. Así, y esa es la tesis principal del libro, lo esencial del bullshiter es su total desinterés por la verdad, su "indiferencia ante el modo de ser de las cosas". Al charlatán no le interesa mentir porque no cree que eso sea posible. Tampoco cree que se pueda decir la verdad; solo utiliza información y argumentos extraídos de diversas fuentes con la finalidad de lograr sus objetivos, que pueden ser divertir, impresionar, apabullar o manipular, según la circunstancia y el interlocutor. Por eso el charlatán está más lejos de la verdad que el mentiroso.

Qué duda cabe que en el mundo académico -- aquí y allá -- abunda la cháchara destinada a crear discursos sin el menor sustento empírico ni el más mínimo rigor y cuyo único propósito es impresionar. Puesta a un lado la noción de verdad, todo es igual, nada es mejor, como dice el tango.

En el periodismo peruano, la abundancia de charlatanería es obvia. La indiferencia a la verdad y el solazarse con clichés y juegos retóricos y efectos de cámara es la forma más extendida de “comunicar”, siendo el caso que detrás de tan aparatosa exhibición técnica hay un enorme vacío de ideas. Es que se trata de crear imágenes e impresiones que se impongan en la imaginación, no que propicien la reflexión. Las ideas y la transmisión de experiencias son lo de menos.

¿Qué se puede hacer? Simplemente, seguir ejerciendo la crítica, cada vez con más dureza. La tarea crítica tiene que ser autoexigente, en constante actitud de disenso, denunciado a los charlatanes y señalando su ausencia de compromiso con la realidad y con el prójimo. Las charlatanerías son hoy las enemigas del humanismo. Y sin humanismo no hay futuro ético ni político.

Tuesday, September 11, 2007

11 de septiembre en Long Island

El año pasado en A cinco años compartí algunos pasajes sobre cómo viví el 11 de septiembre de 2001. Hoy, a seis años del ataque terrorista, resulta que estoy más cerca de la zona cero, en Long Island, donde se han organizado diversos homenajes a las víctimas del atentado, en particular, a las de Long Island (ver aquí).

Justo ayer, un colega, Yair Tauman, presentó un paper alusivo al tema: A Strategic Analysis of the War Against Terror, una interesante aplicación de teoría de juegos a la guerra contra Al Qaeda.

Pero bueno, es un día de duelo en todo el país. Las imágenes de hace seis años vuelven a aparecer en la televisión y la gente se da un momento para recordar a sus seres queridos ausentes.

Saturday, September 1, 2007

Don Gato y su pandilla

En la línea de Sobreoferta de superhéroes y alter egos aquí tenemos otro dibujo animado.

Top Cat en inglés y Don Gato en castellano.


Al igual que con el hombre araña, no entendía lo que decía la canción. Aquí va...

Top Cat!
The most effectual Top Cat!
Who's intellectual
Close friends get to call him T.C.
Providing it's with dignity.

Top Cat!
The indisputable leader of the gang.
He's the boss, he's a VIP, he's a championship.
He's the most tip top,
Top Cat.

Yes he's a chief, he's a king
But above everything,
He's the most tip top,
Top Cat.

Top Cat!
Este personaje no es un superhéroe, pero también es sintomático. Es el afán, casi la angustia, de liderazgo. Hemos visto líderes de morondanga de pequeños grupos ad hoc. Es otro esquema clásico, tipo "la pandilla" de Mickey Rooney. Don Gato es una buena ridiculización de los líderes facilistas. En este caso, el policía siempre trata de detenerlos, infructuosamente...





Don Gato y su pandilla

El líder, los seguidores y el oficial Matute, que nunca los captura...

Imagen tomada de aquí.