Wednesday, July 23, 2008

Maya-ití

Parecidos razonables:









El Great Dome en el MIT.







El Caracol de Chichén Itzá.


Diferente época, diferente lugar, diferente forma de conocimiento.

Fotos: SR.

Thursday, July 17, 2008

Obama en The New Yorker

La portada del New Yorker ha dado que hablar. Barack y Michelle Obama como terroristas. Barack Obama ha dicho que esa portada es ofensiva para los musulmanes americanos. Curioso, pues si algo ha hecho Obama es afirmar con fuerza que él no es musulmán...

En ese mismo ejemplar salen estos dos artículos sobre Obama, que dan más pistas para entender por qué sacaron esta curiosa portada:

Flip-Flop Flap by Hendrik Hertzberg

Making It. Where Barack Obama learned to be a pol. by Ryan Lizza

The New Yorker es un medio "liberal", de izquierdas digamos, que apoyó decididamente a Obama contra Clinton. Al parecer, la reacción de New Yorker se debe al cambio de posición de Obama hacia las derechas. El primer artículo explica todos los cambios de posición de Obama, mal recibidos por sus seguidores iniciales. El segundo artículo explica el surgimiento de Obama como político de Chicago donde se caracterizó por el oportunismo político y la utilización de sus seguidores y su reemplazo por otros a medida que avanzaba en su carrera política.

Efectivamente, al primer ataque de McCain, lanzado a su vuelta de Colombia justo cuando Betancourt fue liberada, sobre su posición en Iraq, Obama se apresuró a ir a Iraq a apoyar a las tropas americanas. Con esto puso en duda sus categóricas afirmaciones iniciales sobre retiros de tropas cronogramados (El blog de Richard Fernandez da pistas para estos cambios en este post). A su vez, ha sufrido el distanciamiento de Jesse Jackson, maltratado e ignorado por Obama en el congreso de la NAACP, histórica asociación afro-americana (y reaccionando, Jackson, usando la N-word contra Obama); y desde luego, no tuvo ningún problema con dejar de lado a su pastor, ni bien éste dio un discurso tipo Malcolm X (mucho más suave en realidad). Y por otro lado, el anuncio de apoyo de los Clinton. Queda claro que Obama no tiene ningún problema en dejar atrás a quien ya no necesita. Lo hizo en Chicago el community organizer Obama y lo está haciendo ahora.

La portada del New Yorker sería una expresión de desilusión de un sector liberal que le creyó. Obviamente es una caricatura y una exageracion, pero expresa precisamente la imagen que los Obama están tratando desesperadamente de cambiar y la imagen que tiene, haga lo que haga, en diversos sectores americanos, acaso la mayoría...

Salsas en francés y cumbia en inglés

Yuri Buenaventura - Ne Me Quitte Pas


Bernard LAVILLIERS La Salsa



y cumbia en inglés:


Independence Day - David Byrne

Tuesday, July 15, 2008

Reed, Sade, Masoch y el socialismo

Una de las razones por las cuales me siento incapaz de simpatizar con la revolución socialista es su totalitarismo moral. En efecto, para que el socialismo funcione, todos los integrantes de la sociedad deben ser buenos y altruistas, capaces de entregar todos sus esfuerzos al bien de la comunidad, al beneficio de todos, es decir, de nadie en particular. Por eso algunos ensayos extremos de comunismo ordenaron separar a los hijos de sus padres, dado que la entrega a la totalidad no debía estar amenazada por compromisos familiares.

Las contundentes evidencias de que ello no es posible sino mediante un mostruoso costo de sangre abundan. Pero además implica también un costo sicológico tremendo. Porque la comunidad socialista es, necesariamente, puritana. Ello significa, básicamente, que invalida la búsqueda personal, el encuentro con nuestra irracionalidad, la exploración de lo prohibido, en otras palabras, la experiencia con lo maldito.

Ello implica una fuerte paradoja. Hacia los años sesenta, la revolución al estilo Marcuse implicaba una liberación de las ataduras de la civilización burguesa a los impulsos libidinales. La idea era que la revolución social era también una explosión liberadora del deseo. Se trataba de una propuesta nacida, como es notorio, del surrealismo.

Pero los modelos socialistas vigentes eran exactamente lo contrario: sociedades represivas y puritanas que ya habían cobrado un enorme costo humano en purgas y hambrunas. Algunos socialistas ahora argumentarán que ello se debía a una desviación autoritaria que podría repararse. No lo creo porque la cultura moralista y del sacrificio son intrínsecos al modelo revolucionario del socialismo. Es imposible imponerla sin producir una profunda represión en los individuos y sin un control de cualquier manifestación de un interés desviado hacia el deseo personal.

Esta paradoja fue explorada por Peter Weiss en su famosa obra Marat/Sade, una exploración sobre si la revolución que se expresa como violencia da espacio a las oscuridades del deseo interno y es compatible con lo maldito. Hoy mi respuesta es claramente que no, que el socialismo impone una exigencia moral insostenible y que niega la irracionalidad; por el contrario, la sociedad liberal permite una mayor (en realidad, extrema) liberación del deseo, al punto que se arriesga a banalizarlo.

En la sociedad liberal uno se sorprende cada vez menos con la manera en que distintas personas expresan sus deseos. En este punto soy optimista y pienso que la cultura de la libertad va a reducir al mínimo la censura y el asco. El problema con este panorama es, como ya dije, la trivialización, una ausencia casi total de censura que puede terminar quitándole a lo maldito su carácter especial. Sin embargo, hay quienes han inventado maneras de responder a este peligro. Por ejemplo, cabe entender el sadomasoquismo como una práctica destinada a preservar la sacralización y la ritualidad del deseo, es decir, en defenderla de aquella trivialización mediante el ejercicio estricto de una ceremonia.

En efecto, el hecho de que la teatralización de la dominación implique una complejidad de elementos y de acciones puede entenderse como la manera en que se forma un espacio ordenado y alternativo en donde la sexualidad todavía posee un componente sagrado. Que hay una relación entre el sadismo y la experiencia espiritual en cuanto a que ambas implican ejercicios rituales y espacios histriónicamente ordenados no es ninguna novedad: ya lo dijo Roland Barthes en su famoso ensayo Sade/Fourier/Loyola.

Es interesante, porque Barthes era un libertario sexual y a la vez hombre de izquierda. ¿Cuántos socialistas se debaten entre su fascinación por la liberación libidinal, la revolución sexual, la política como ejercicio super-realista y su adscripción a una teoría política que reprime el deseo? Seguramente muchos. Yo insisto en que ambos impulsos son incompatibles y que aquí tenemos otra razón por la cual habría que descartar una concepción política necesariamente represiva.

Termino Venus in furs (Venus [vestida] en cueros), una esplédida canción escrita por Lou Reed basada en un cuento de Sacher-Masoch. Pongo primero la versión de The Velvet Underground (*), la revolucionaria banda de rock liderada por Reed, y luego otra de Carol van Dijk. La letra y la música componen, con asombrosa armonía, un ambiente oscuro y maldito, un individualismo que se contrapone al comunitarismo hippie que entonces (1967 **) estaba en boga. Allí están los componentes de lo que décadas después explorarán mejor los dark. Mi pregunta es si una sociedad comunista hubiera producido un arte que expresara de esta manera el placer perverso y lo irracional. Yo no lo creo.









Actualización: Agrego la versión de John Cale, que viene con subtítulos en español




(*) Es decir, El terciopelo subterráneo, nombre que entiendo como una alusión genital.

(**) 1967 es un anno marabili del rock. En ese año salieron "The Velvet Underground and Nico", "Sergeant Pepper's Lonely Hearts Club Band", "The Doors" y "Surrealistic Pillow". Años maravillosos, por cierto.

Imagen de una puesta de Marat/Sade tomada de aquí.

La letra de la canción en inglés:

Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Comes in bells, your servant, don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart

Downy sins of streetlight fancies
Chase the costumes she shall wear
Ermine furs adorn the imperious
Severin, Severin awaits you there

I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears

Kiss the boot of shiny, shiny leather
Shiny leather in the dark
Tongue of thongs, the belt that does await you
Strike, dear mistress, and cure his heart

Severin, Severin, speak so slightly
Severin, down on your bended knee
Taste the whip, in love not given lightly
Taste the whip, now plead for me

I am tired, I am weary
I could sleep for a thousand years
A thousand dreams that would awake me
Different colors made of tears

Shiny, shiny, shiny boots of leather
Whiplash girlchild in the dark
Severin, your servant comes in bells, please don't forsake him
Strike, dear mistress, and cure his heart

Tuesday, July 8, 2008

Ex-rehen habla sobre las FARC



Liberen a los rehenes, ya. (Taquito de NQ).

Saturday, July 5, 2008

La lección política de Allende

La razón por la cual me resulta imposible celebrar a Salvador Allende es mi incapacidad de celebrar el socialismo. Para entender por qué me resulta imposible concordar con esta doctrina, se puede leer este excelente post de Stalisnao Maldonado. Paso a citar este párrafo:


Ciertamente el socialismo fue mucho mas que Rusia (en donde fracaso) y China (en
donde sensatamente dieron vuelta al mercado y ahora es la economía que más
crece). Sin embargo, desde el punto de vista teórico eso no importa mucho. Lo
que importa aquí es el fracaso teórico. Y, a pesar de que los socialistas han
levantado la cabeza y ganan posiciones en el terreno político, están en la
incomoda posición de que no tienen una visión de mundo alternativa a la liberal
sustentada en una nueva lectura de la realidad.

En efecto, ante el fracaso evidente de las ideas socialistas y el éxito de las propuestas liberales, me resulta imposible compartir entusiasmo alguno por el presidente depuesto por Augusto Pinochet. Sin duda, tuvo un gesto de valentía al preferir suicidarse que rendirse. Pero sus ideas políticas estaban erradas y si queremos avanzar en la construcción de una sociedad libre y democrática, hay que reconocer ese error y desarrollar otras ideas. No entiendo entonces por qué hoy tendría que ser un modelo ético o político para nosotros.

No puede serlo porque debemos entender ya que no se puede hacer política en contra de la voluntad de los ciudadanos y no se puede creer todavía que puedes afectar sus intereses sin que se produzca una reacción. En este punto, la derecha y la izquierda coinciden en despreciar los mecanismos de negociación: en efecto, para los defensores del gobierno de García, la situación en el Perú es muy buena; por tanto, las protestas sólo se explican por la presencia de agitadores y agentes infiltrados. Para los defensores de Allende, su gobierno no habría fracasado si no hubiera sido por el “boicot” de la burguesía chilena y la influencia de la CIA.

En ambos casos, funciona el mismo principio: hay sectores cuyos intereses podemos afectar y cuya participación política no se debe tomar en cuenta. Se trata, en realidad, de una misma actitud de despolitización del otro y de una consecuente demonización del enemigo. En lugar de cooperar con quienes no piensan igual y tratar de entenderlos, se presume que la nuestra ética es superior y, por tanto, no cabe validar en el diálogo público a los grupos que responden a una ética inferior. Si fracasamos, ello se debe al “boicot”, a los “intereses subalternos”, a “grupos de agitadores e infiltrados”, a la CIA o la Coordinadora Continental Bolivariana.

Mi pregunta es: ¿por qué ambos bandos coinciden en esa visión de la política? Si propongo que Allende no debe ser nuestro modelo, no es simplemente por dar la contra, es porque hay que superar esa manera de ver la política. Y también creo que hay que reconocer que el socialismo no logra la igualdad y desmorona los principios democráticos y la libertad.

En Chile, a decir de Jorge Edwards, eso ya se ha comprendido y en eso consiste en realidad el “modelo chileno”: un consenso político que ha beneficiado a todos pero que causa disgusto, por supuesto, a quienes insisten en la radicalización.

Si nuestro vecino del sur ha llegado a este punto, ¿por qué en el Perú no?