Thursday, July 17, 2008

Obama en The New Yorker

La portada del New Yorker ha dado que hablar. Barack y Michelle Obama como terroristas. Barack Obama ha dicho que esa portada es ofensiva para los musulmanes americanos. Curioso, pues si algo ha hecho Obama es afirmar con fuerza que él no es musulmán...

En ese mismo ejemplar salen estos dos artículos sobre Obama, que dan más pistas para entender por qué sacaron esta curiosa portada:

Flip-Flop Flap by Hendrik Hertzberg

Making It. Where Barack Obama learned to be a pol. by Ryan Lizza

The New Yorker es un medio "liberal", de izquierdas digamos, que apoyó decididamente a Obama contra Clinton. Al parecer, la reacción de New Yorker se debe al cambio de posición de Obama hacia las derechas. El primer artículo explica todos los cambios de posición de Obama, mal recibidos por sus seguidores iniciales. El segundo artículo explica el surgimiento de Obama como político de Chicago donde se caracterizó por el oportunismo político y la utilización de sus seguidores y su reemplazo por otros a medida que avanzaba en su carrera política.

Efectivamente, al primer ataque de McCain, lanzado a su vuelta de Colombia justo cuando Betancourt fue liberada, sobre su posición en Iraq, Obama se apresuró a ir a Iraq a apoyar a las tropas americanas. Con esto puso en duda sus categóricas afirmaciones iniciales sobre retiros de tropas cronogramados (El blog de Richard Fernandez da pistas para estos cambios en este post). A su vez, ha sufrido el distanciamiento de Jesse Jackson, maltratado e ignorado por Obama en el congreso de la NAACP, histórica asociación afro-americana (y reaccionando, Jackson, usando la N-word contra Obama); y desde luego, no tuvo ningún problema con dejar de lado a su pastor, ni bien éste dio un discurso tipo Malcolm X (mucho más suave en realidad). Y por otro lado, el anuncio de apoyo de los Clinton. Queda claro que Obama no tiene ningún problema en dejar atrás a quien ya no necesita. Lo hizo en Chicago el community organizer Obama y lo está haciendo ahora.

La portada del New Yorker sería una expresión de desilusión de un sector liberal que le creyó. Obviamente es una caricatura y una exageracion, pero expresa precisamente la imagen que los Obama están tratando desesperadamente de cambiar y la imagen que tiene, haga lo que haga, en diversos sectores americanos, acaso la mayoría...

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